Autónomos... o autóntonos
Solo en un país realmente fiel a sus tradiciones se puede putear tanto al segmento que tira del empleo
TEODORO LEÓN GROSS
Martes, 28 de enero 2014, 08:51
Los autónomos son el único segmento milagrosamente capaz de crear empleo, un caladero para la esperanza en el páramo laboral deparado por la burbuja; así ... que el Gobierno ha apostado por legislar a medida para ellos, con la fórmula previsible: exprimirlos. Siempre media vuelta de tuerca más. Ahora les imponen resolver todos sus trámites fiscales por internet; así Hacienda reduce costes y trabajo, traspasándole a ellos el sacrificio, un instinto que tienen bastante desarrollado a fuerza de costumbre, soportando con dignidad más IVA y más IRPF sin cobertura social y la mitad de esta legislatura oyendo el canto de sirena del criterio de caja para no adelantar el IVA de las facturas sin cobrar. Ellos suelen describir su situación con una humorada sarcástica: el tipo que va por la calle y encuentra la lámpara maravillosa del genio, que naturalmente le anuncia que va a cumplir un deseo:
-Quiero trabajo-dice, pero después duda- o no, mejor salud-pero vuelve a dudar- pero la salud sin trabajo es inútil; así que mejor trabajo... Y el genio, ya cansado, le anuncia que le dará las dos cosas: -¡Te hago autónomo! Así trabajarás tela y no enfermarás nunca, por la cuenta que te trae.
Hay que admitir que solo en un país muy fiel a sus tradiciones se puede putear tanto al segmento que tira del empleo. Marca España. Para los autónomos oír lecciones de 'cultura emprendedora' a la casta política desde su bar del Congreso con las copas subvencionadas debe maravillarles. Pocos meses atrás, una publicista escribió un tuit que se convirtió en un fenómeno viral, una bala de plata de 140 caracteres: «Un autónomo joven que facture 1.000 euros al mes, se queda con unos 490. Eso no da ni para el alquiler. Pero no, es falta de espíritu emprendedor». Incluso bajo la tarifa plana, por demás un bálsamo que dura poco, es irreal. Cuando se dice que en España falta espíritu emprendedor se olvidan del campo de minas de la burocracia. Este es de los peores países occidentales para activar cualquier negocio según el ranking del Banco Mundial, peor que Kazajstán o Túnez. La ventanilla única es otro de esos mantras huecos en el laberinto -se requieren hasta diez trámites- mientras la banca y las fortunas siguen mimadas por el poder. Así va esto.
El número de autónomos no es, con todo, un milagro. Toca buscarse la vida, arriesgando por cuenta propia. Pero van de estacazo en estacazo directo al corazón, como si el Gobierno les aplicara la receta Van Helsing. El incremento de las cotizaciones, otra promesa incumplida, ha sido un golpe de gracia; sobre todo para quienes además crean empleo. Si confiaban en un modelo liberal, ahí llevan dos tazas. Fiscalidad dura, sin crédito, tarifa fija ya factures cien euros o cien millones&hellip El Gobierno, como el genio de la lámpara, va a lograr que ser &lsquoautóntono&rsquo sea un éxito desesperante: pagar para sostener el Estado del Bienestar del que están excluidos.
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